domingo, 14 de diciembre de 2014

Si para poder conducir la sociedad exige un carnet, ¿debería exigirlo también para tener hijos?




Esta es una cuestión bastante complicada, porque su respuesta depende del punto de vista desde el que observemos esta pregunta.

Tener hijos es un acto natural, los animales tenemos el instinto de reproducirnos. En algunos casos no se elije quedarse embarazada o no. Sin embargo el acto de conducir sí se elije.

Se podría dar el caso de que la sociedad exigiera que los futuros padres pasasen una serie de pruebas para comprobar si son aptos o no, ya que la sociedad se hace cargo de todos nosotros desde el momento en el que nacemos. Estas pruebas podrían tener muchas ventajas, y muy probablemente el indice de abusos a niños y de maltratos en el hogar descendería notablemente.

Sin embargo si una mujer ya embarazada no consiguiese superar estas pruebas, se generarían muchos conflictos éticos, ya que obligarla a abortar o arrebatarla a su hijo nada más nacer por muchos sería considerado un acto terriblemente cruel. Estos exámenes no serían ni del todo justos ni del todo válidos, porque nadie sabe ser cómo ser el padre perfecto antes de serlo. Es cierto que el examen podría ser de muchos tipos, podría simplemente requerir unas condiciones mentales estables y una economía aceptable, en este caso podría ser algo más justo, pero no del todo.

En mi opinión, no es ético limitar la libertad individual, solamente por el miedo a que las personas se puedan equivocar en sus decisiones y en sus actos. Lo más importante es la educación para que la decisión de tener hijos, su cuidado y la formación de estos sea un acto responsable.

Engendrar un hijo es mucho más fácil que conducir un coche, pero también tiene consecuencias infinitamente más perdurables y trascendentes que un oportuno cambio de marcha.
Naturalmente, la fantasía de institucionalizar el carnet parental como paso previo a la concepción de hijos ólo podría materializarse bajo un régimen totalitario: nazis y comunistas convirtieron la procreación en un asunto de Estado sujeto a leyes implacables. Pero el rechazo categórico a todo tipo de legislación coactiva no excluye la necesidad de que las parejas en edad fértil se pregunten con una dosis de responsabilidad, si tienen o no vocación parental."

                                                                                                              Eduardo Goligorsky  


viernes, 24 de octubre de 2014

¿Los animales tienen derechos naturales?





A lo largo de los siglos a los animales se les a maltratado y torturado. En ciertas culturas también se les a idolatrado. Hay diversas opiniones sobre si son superiores, iguales o inferiores a nosotros. Esta es una cuestión moral de gran importancia. Para mi son totalmente iguales a los humanos, son seres vivos muy similares a nosotros, pero al no tener uso de de razón se les ha considerado inferiores, en muchas ocasiones, cosa que en mi opinión es un gran error.

Según  el  filósofo Descartes, los animales ni siquiera son capaces de sentir dolor; lo que se debe, supuestamente, a que carecen de alma, por lo que los animales estarían fuera del alcance de la consideración moral. Pensaba que eran autómatas complejos sin almas, sin mentes, sin razonamiento y sin las capacidades de sufrir o sentir.

Fernando Savater, un filósofo actual defiende las corridas de toros con el argumento de que son la diversidad de los hijos de Dios, afirma que los toros tienen una vida lujosa y que su muerte en la plaza no desmiente ese privilegio. Savater niega los derechos de los animales y nuestras obligaciones morales hacia ellos; pone a los animales en el mismo estátus que a las cosas.
"Todas las especies animales son distintas y no tendría sentido reclamar los mismos derechos para todas ellas. Sin embargo, hay un derecho que yo sería partidario de conferir a todos los animales de todas las especies: el derecho a no ser torturado, es decir, a no ser sometido a un dolor atroz de un modo intencional e innecesario." Jesús Mosterín

En su libro Liberación animal, Peter Singer afirma que el principio básico de igualdad no requiere de un trato igual o idéntico, solo requiere de una consideración igual.
Jeremy Bentham, fundador de la escuela reformadora utilitarista de la filosofía moral señala que la capacidad que tiene un ser de sufrir, es la característica vital que le da a ese ser el derecho a ser considerado con igualdad. Los animales sienten dolor, placer, miedo, frustración y soledad.
Toda criatura que tenga el deseo de vivir, tiene el derecho de vivir sin dolor ni sufrimiento. Solo el prejuicio nos permite negarles a otros los derechos que esperamos que nos sean reconocidos a nosotros mismos.

No tenemos razones realmente justificadas para considerar que los intereses de los seres humanos sean más importantes que los de los demás animales. Los animales son seres vivos que experimentan emociones, sentimientos al igual que nosotros. Debemos mentalizarnos de que en muchos aspectos somos iguales y a la hora de tratar con un animal, no debemos verlo como a un objeto o una cosa, sino como a un ser vivo.